El juez Garzón ha iniciado una investigación en busca de la verdad de los muertos en la represión durante la Guerra Civil. Pero más allá de los listados que maneja el magistrado la Guerra Civil dejó una serie de historias humanas. 20 minutos ha hablado con supervivientes y testigos de aquellos hechos y les ha pedido que cuenten sus historias. Los nombres de algunos de sus familiares están en ese hipotético censo de las víctimas de la represión de ambos bandos durante la guerra.

Vicente Moreira: "Mi hermano oyó como pegaban a mi madre"

"Los falangistas entraron en Langre (León) en agosto del 36. Yo tenía once años y estaba en la calle jugando con un muchacho de mi edad. Al oír los disparos, empecé a correr por el lado contrario. Estuve en el monte todo el día. Cuando los falangistas se fueron volvimos al pueblo, subí por las escaleras a mi casa y nadie abrió. Fui en casa del vecino, mi madre le había dicho que me recogiera hasta que ella volviese. Ella volvió con mis hermanos. Por la mañana muy temprano y salimos para ir a otro pueblo.

Dormimos aquel día en el monte. Era una noche fría de agosto, recuerdo que dormimos entre los matorrales. Mi madre me agarró con sus brazos y me abrazó para darme calor: ese momento siempre lo tengo en mi mente y cada vez que lo recuerdo me emociono.

No sé por qué motivos mi madre decidió volver a Langre, creo que por algo de dinero que había dejado escondido. No sé quién avisó a los falangistas pero a mi madre y a mi hermano mayor les arrestaron los falangistas y se los llevaron a Toreno. Los encerraron en el Ayuntamiento, mi hermano oyó como pegaban a mi madre y como gritaba. Mi hermano logró escapar. Le persiguieron pero el logró escapar y tras huir de milagro nos encontró. Juntos fuimos caminando hasta Asturias, donde luchaba mi padre.

Imagínate cómo era caminar por el monte, incluso con las primeras nieves, con pantalones cortos y alpargatas. Pasamos hambre y miseria, aunque hubo gente que nos ayudó. Durante el trayecto nos enteramos de que habían matado a mi madre.

Encontramos a mi padre y después fuimos a Gijón. Vivimos en casa de una prima mía pero al final, como mi padre no podía mantenernos, nos alistamos para ir con otros niños a la URSS. Viví diecinueve años allí, entre ellos, los de la Segunda Guerra Mundial. "

María Rosa Jurado del Toro: Solidaridad entre peleteros

"Mi padre, José Jurado Escalona, era encargado de una peletería en Madrid y quería pasarse a la zona nacional con toda la familia pero no lo hizo porque mi madre se negó. Era falangista y daba salvoconductos y ayudaba a gente que quería huir de Madrid porque estaban en peligro. A uno de ellos le cogieron y cantó. Una noche vinieron a casa unos milicianos para detenerle. Desde entonces no supimos nada de él, era 1937.

Un día una chica nos dijo que le había visto cuando le metían en la checa del SIM (detrás del Ministerio de Marina). Mi madre me cogía y me llevaba a esa calle, al lado donde daba la celda de mi padre y hacía como que me ataba los cordones para que mi padre me viera. Hasta que se dieron cuenta y le tapiaron la ventana.

Le juzgaron y le cayeron tres penas de muerte. Entonces unos hermanos peleteros que estaban metidos en los partidos de izquierdas intervinieron. No le conocía en persona pero mi padre era muy conocido en el gremio. Así que dieron fe de él y cuando le iba a dar el paseo le salvaron la vida.

Después cuando llegaron los nacionales, mi padre por su ideología tenía muchos contactos. Se enteró de que aquellos hermanos estaban detenidos y les iban a ejecutar. Él intervino y les salvó la vida."

Antonia González-Barros: "Mi padre no era de Franco y le fusilaron"

"Tenía ocho años cuando llegó la República y como me creía los cuentos no sabía cómo podía vivir un país sin rey y además me sorprendió mucho que mi padre estuviera tan contento. Pero él creía en la República. Cuando la Guerra Civil se acercaba mi padre nos envió en tren a Galicia el trece de julio y él se quedó en Madrid con mi madre y con mi hermana que tenía exámenes en septiembre.

Mi padre era contratista y votaba a Portela Valladares (liberal republicano). Unos milicianos le detuvieron una vez pero él estaba tranquilo: decía que no era partidario de Franco y que no había nada que temer. Su hermano le dijo que fuera a una embajada y se fuera. El se negó.

Un día aparecieron unos milicianos y le dijeron que se lo llevaban. Mi madre dijo que esperaran que le iba a preparar un pijama. Ellos le dijeron que no era necesario. Mi hermana intentó llamar a la Dirección General de Seguridad pero le encañonaron con una pistola. Se lo llevaron a él y a mi tío. Él se pudo salvar porque le avisamos, pero dijo a dónde vaya mi hermano voy yo.

Los llevaron al cementerio de Aravaca mi padre gritó que por sus hijos no le mataran y mi tío dió un puñetazo a uno de los milicianos. Les fusilaron a los dos. Mi padre tenía 39 años y seis hijos. Fue uno de los 800 cadáveres que quedaron por allí. Franco nunca nos dio nada, la primera pensión que cobramos por esa muerte fue con Suárez.A mi padre no le mataron por ser de derechas, si no porque querían acabar con una clase social. Y eso que nosotros no éramos ricos. Pero los falangistas, los comunistas eran idealistas que con 17 años se fueron a la guerra contentos pero ¿qué sabían ellos de la vida?"

Josefina Alonso Ruiz: "La dijo que se escondiera y acabó fusilada"

"Un militar le dijo que se escondiera en casa y que no saliera, pero poco más tarde llegaron y nos llevaron a todas a la cárcel de San Marcos (León)... " Así relató Josefina la historia de su hermana María de 32 años, presidenta de Izquierda Republicana. Los franquistas decidieron fusilarla junto a nueve hombres más. "Ya no volvimos a verla nunca más".